jueves, 5 de marzo de 2009


Quiero estar en un mundo en el que no haya nada más que mi conciencia levitando entre partículas de algún material volátil. No saber de otras vidas, no saber de otros mundos, no saber de placeres de ningún tipo, simplemente existir.
Tal vez así existiría un estado en el que no haga falta buscar el equilibrio entre lo bueno y lo malo, que siempre de tan ausente hace creer que está cuando en realidad se está en el extremo más lejano a él. Que simplemente no exista ni bueno ni malo, no haya diferencias, no haya otras cosas que generen preferencia ni discordancia, simplemente conocer el infinito, conocer que existo, que soy, y que la vida comienza y acaba ahí.

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