viernes, 12 de septiembre de 2008

Misión suicida

En una misión suicida
intento explorarte, lo intento.
Naufrago sin notarlo, tal es el encandilamiento
que me produce siquiera acercarme
al brillo del frágil aire que te rodea.
Me cuesta distinguir dónde empieza mi capricho
y dónde choca con el verdadero sentimiento;
poco me importa el porqué,
yo sólo sé que te quiero tener.
Sólo sé que lo primero es llegar a rozar tu pelo,
a nadar en el río de tu sonrisa,
a sobrevivir en la profunda oscuridad de tus secretos,
a empaparme del vapor de tus caricias.
Y si no noto que caigo desde la altura
de tus pensamientos
y que pierdo lo poco que había logrado
con tan sólo confesarte que deseo
arrebatarte la vida de un beso,

no me preocupo y vuelvo a escalarte,
mal que me pese, de nuevo;
qué pasa me pregunto
cuando de pronto encuentro

que estoy en el lugar de siempre,
que no estás de mí tan lejos,
sino que al contrario estás tan cerca

que creo que somos uno,

que no distingo dónde termino y dónde empezás vos,

creo que me había ahogado en resignación,
creo que te importo, creo que tan sólo
me había olvidado un instante


que de un beso enamorado participan dos, no uno solo.

2 comentarios:

Franco dijo...

lo-ca-de-mier-da
te-quie-ro

flori dijo...

me encanta tu blog:)